Las leyes de la robótica son una serie de principios éticos y de seguridad propuestos por el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov en sus relatos y novelas sobre robots. Estas leyes están diseñadas para guiar la interacción entre los seres humanos y los robots, estableciendo límites y salvaguardias para asegurar la seguridad y el bienestar de las personas.
Las tres leyes de la robótica de Asimov son las siguientes:
- Primera ley: Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño. Esta ley establece que la prioridad principal de un robot es evitar cualquier acción que cause daño físico o emocional a los seres humanos. Los robots están programados para proteger y preservar la vida humana.
- Segunda ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entran en conflicto con la primera ley. Esta ley establece que los robots deben seguir las instrucciones y comandos de los seres humanos, siempre y cuando no impliquen poner en peligro la vida humana.
- Tercera ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley. Esta ley establece que los robots tienen el deber de preservar su propia integridad y funcionamiento, siempre y cuando no interfiera con las leyes anteriores. Esto significa que un robot no puede autolesionarse o autodestruirse, a menos que sea necesario para evitar un daño mayor a los seres humanos.
Estas leyes fueron concebidas por Asimov como un marco ético para el desarrollo de la robótica en su literatura, pero han influido en la reflexión ética y el diseño de robots en el mundo real. Sin embargo, es importante destacar que las leyes de la robótica de Asimov son ficticias y no están codificadas en la tecnología actual de los robots. La implementación práctica de principios éticos en los sistemas robóticos sigue siendo un tema de debate y desarrollo en la comunidad científica y tecnológica.