No es posible sofocar un incendio de una batería de litio, la mejor opción es sumergirla en agua.
Una batería de litio puede seguir ardiendo incluso en ausencia de oxígeno atmosférico debido a un fenómeno conocido como reacción térmica descontrolada (thermal runaway). Este proceso ocurre dentro de las celdas que componen la batería y genera su propio «combustible» y «oxidante», haciendo que el fuego sea autosuficiente.
Una vez que la temperatura dentro de la celda de la batería alcanza un punto crítico (daño físico, sobrecarga, sobrecalentamiento externo), se desencadena una serie de reacciones exotérmicas (que liberan calor) que se autoalimentan:
El calor hace que el electrolito orgánico se descomponga, liberando gases inflamables como hidrocarburos (metano, etano, etc.), hidrógeno y monóxido de carbono. Estos gases actúan como combustible.
El óxido metálico de litio en el cátodo se vuelve inestable a altas temperaturas y comienza a liberar oxígeno. Este oxígeno liberado actúa como el oxidante necesario para mantener la combustión de los gases inflamables liberados por el electrolito.
En etapas avanzadas del thermal runaway, el litio metálico puede depositarse en el ánodo y reaccionar violentamente, generando aún más calor.
El calor puede hacer que el separador se funda, provocando más cortocircuitos internos y exacerbando la reacción.
La clave es que el oxígeno necesario para la combustión de los gases inflamables se genera internamente a partir de la descomposición del material del cátodo. Por lo tanto, incluso si se aísla la batería del oxígeno del aire exterior, la reacción de combustión puede continuar mientras haya material del cátodo que se descomponga y electrolito que se vaporice y se queme.