Nuestra estrella es un reactor de fusión nuclear que arroja unos datos impresionantes. En cada segundo transforma 700 millones de toneladas de hidrógeno en helio, en cuyo proceso 5 millones de toneladas de materia son transformadas en energía.
¡5 millones de toneladas de materia convertidos en energía en un segundo! A ver quién se anima a calcular los Julios de energía liberados por segundo con la fórmula de Einstein E=mc^2.
El Sol lleva fusionando hidrógeno para formar helio desde hace 4600 millones de años, sin embargo dentro de unos 2000 millones de años empezará a tener una cierta escasez de hidrógeno y comenzará a fusionar helio para generar carbono y oxígeno. Esta nueva fuente de energía hace que el Sol gane presión y temperatura, expandiendo su radio a lo largo de los siguientes 3000 millones de años hasta alcanzar la órbita de la tierra.
En este proceso el Sol se transforma en una gigante roja y su radio crece unas 300 veces. Los planetas interiores del sistema solar no sobrevivirán a este proceso, siendo absorbidos por las intensas fuerzas de marea generadas por las capas exteriores del Sol.
El sol no tiene masa suficiente para fusionar carbono y oxígeno, de modo que al terminar el helio, dentro de unos 5000 millones de años, expulsará sus capas exteriores formando una nebulosa y su núcleo se convertirá en una enana blanca. El radio del Sol convertido en enana blanca será de unos 7000 km, similar a la tierra, y tendrá una densidad de una tonelada por centímetro cúbico. Esta importante densidad se explica por la compresión gravitacional que provoca una disminución en el tamaño de los átomos al acercar sus niveles electrónicos. Sin embargo, esta compresión no lleva al colapso del átomo como ocurre en estrellas de más masa. Pero esa es otra historia que comentaré en otro post.