Desde la perspectiva que otorgan los años, aquí en Oviedo, la ciudad que se convirtió en mi hogar académico durante casi cuatro décadas 1, contemplo el largo camino recorrido. Mis orígenes se encuentran en Tardienta, Huesca, una pequeña villa cerca de los Pirineos 1, un entorno rural del que partí hacia un destino que entonces no podía imaginar: una vida dedicada al fascinante mundo de las moléculas.4 Nací el 27 de julio de 1940.1 El viaje no siempre fue sencillo, las dificultades existieron, pero la pasión por el descubrimiento, por comprender la materia y transformarla, esa llama nunca se extinguió.4 Miro hacia atrás y encuentro una profunda satisfacción no solo en los avances científicos que pudimos lograr, sino también en ver florecer a las generaciones de jóvenes investigadores que pasaron por nuestro laboratorio.1 Aunque mi tiempo concluyó en esta misma ciudad de Oviedo el 7 de septiembre de 2016 1, el eco de esa pasión y ese trabajo compartido perdura.

El contraste entre mis humildes comienzos en la Tardienta rural 1 y el reconocimiento internacional que la química me brindó 3 dibuja una trayectoria marcada por la ambición y la perseverancia. Aquellas «duras condiciones de vida» y las dificultades para acceder a la educación superior desde el mundo rural sin duda forjaron un carácter fuerte y una determinación inquebrantable.4 Iniciar esta narración desde Oviedo subraya la centralidad de esta universidad en mi vida profesional, el lugar donde pude desarrollar la mayor parte de mi carrera y donde siento que dejamos una huella más profunda.1

De Tardienta a Mülheim: Forjando un Químico

Mi infancia transcurrió en Tardienta.1 Tras la escuela primaria allí, cursé el bachillerato superior en el Instituto Ramón y Cajal de Huesca.4 La decisión de trasladarme a Zaragoza para estudiar Ciencias Químicas en su universidad fue un momento crucial. Eran tiempos difíciles en España, y el acceso a la educación superior para alguien del entorno rural no era sencillo, lo que sin duda reforzó mi personalidad.4 Obtuve la Licenciatura en 1963.1

Decidí continuar en la Universidad de Zaragoza para realizar mis estudios de Doctorado (1963-1966), bajo la experta dirección del Profesor Vicente Gómez Aranda.1 Este período fue posible gracias a una ayuda del Patronato para la Igualdad de Oportunidades (PIO), un apoyo fundamental en aquellos años.4 Mis primeras investigaciones se centraron en la química de los compuestos organomercúricos.

Tras el doctorado, tomé una decisión que marcaría profundamente mi futuro: ir al extranjero. Me sentí atraído por el trabajo pionero del Profesor Karl Ziegler, galardonado con el Premio Nobel en 1963, en el Max-Planck Institut für Kohlenforschung.4 Solicité y obtuve una beca postdoctoral, la primera concedida por la Max-Planck-Gesellschaft a un español para este fin, que me permitió pasar casi cuatro años (1967-1970) en Mülheim an der Ruhr, Alemania.1 Allí trabajé bajo la supervisión del Profesor Heinz Hoberg 1, adentrándome en la química organometálica, específicamente con compuestos de organoaluminio. Aquella estancia en Alemania fue fundamental. Me expuso a una investigación de primer nivel mundial, a un rigor metodológico y a una ética de trabajo exigente que intenté traer conmigo e implementar aquí en Oviedo.4 Era un centro de investigación vibrante, clave en el desarrollo de la industria de los plásticos 3, y esa experiencia transformó mi visión de lo que la química podía y debía ser. La ambición de trabajar en un centro de vanguardia como aquel, y la conciencia de los estándares internacionales, fueron motores clave en mi desarrollo.

Regreso a España: Patriotismo y Propósito

A pesar de las oportunidades que sin duda existían en Alemania, en 1970 sentí una fuerte llamada a regresar a España. Como he comentado en ocasiones, fue una decisión impulsada en gran medida por el patriotismo.4 Tenía el firme deseo de contribuir al desarrollo científico de mi propio país, de aplicar aquí lo aprendido y de ayudar a elevar el nivel de nuestra investigación.

Sin embargo, el retorno no fue sencillo. Mis primeros pasos en la carrera científica independiente fueron, como recordaba, «azarosos».4 Comencé como Colaborador Contratado y luego Científico en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Zaragoza (1970-1972) 1, vinculado al Instituto Nacional del Carbón y sus Derivados.4 El panorama científico español de la época era complejo, caracterizado por una notable falta de recursos: financiación limitada, infraestructuras deficientes y escasez de personal cualificado.4 Estas condiciones precarias contrastaban enormemente con el entorno bien equipado y estimulante del Max-Planck Institut, lo que reforzó mi determinación de luchar por crear aquí las condiciones necesarias para una investigación de excelencia.

En 1972, obtuve por oposición una plaza de Profesor Agregado en la Universidad de Zaragoza, donde permanecí hasta 1975.1 Durante este período comencé a establecer mis propias líneas de investigación independientes, centrándome inicialmente en áreas como la adición de nucleófilos nitrogenados a alquenos y alquinos, utilizando sales de mercurio y talio como activadores. Fue una etapa de consolidación, de empezar a construir mi propio camino científico en un contexto aún difícil, pero con la vista puesta en metas más altas.

Construyendo una Visión en la Universidad de Oviedo

El año 1975 marcó un punto de inflexión decisivo en mi carrera. Gané por concurso de méritos la Cátedra de Química Orgánica de la Universidad de Oviedo.1 Este traslado inició el capítulo más largo y, posiblemente, el más definitorio de mi vida profesional. Permanecí vinculado a esta universidad como catedrático hasta mi jubilación como Profesor Emérito en 2010 1, aunque mi conexión con ella continuó hasta el final. Oviedo se convirtió en mi hogar académico definitivo.

Mi llegada a Oviedo, sin embargo, estuvo plagada de desafíos monumentales. El departamento, ubicado entonces en la antigua Facultad de Ciencias, literalmente «carecía de todo».4 Los recursos eran prácticamente inexistentes, lo que hacía casi imposible iniciar una investigación seria. De hecho, tardamos más de dos años en poder enviar a publicar nuestro primer artículo científico generado íntegramente en Oviedo.4 Era, sin duda, un «entorno difícil» 7, un punto de partida muy alejado de los estándares internacionales a los que aspiraba.

Pero mi determinación, forjada quizás en las dificultades previas y reforzada por la experiencia alemana, era firme.4 Para empezar, traje conmigo a algunos de mis primeros estudiantes de doctorado y a un grupo de recién licenciados de Zaragoza, formando así el núcleo inicial de nuestro grupo de investigación.4 Un paso crucial fue conseguir el apoyo del entonces Rector, el Profesor Teodoro López Cuesta. Su respaldo fue absolutamente esencial para comenzar a equipar mínimamente el departamento y poder arrancar la actividad investigadora.4 Mi tenacidad y, debo admitir, mi capacidad de persuasión fueron herramientas indispensables en aquellos primeros y complicados años.4

Mi objetivo irrenunciable, mi «leitmotiv» como solía decir, era realizar una investigación de calidad internacional, competitiva a nivel global.4 No me planteé otra cosa. Quería instaurar aquí el rigor, la exigencia y la ética de trabajo que había presenciado y vivido en Alemania.4 Esto implicaba no solo luchar por conseguir financiación y equipos modernos, sino también, y de manera fundamental, fomentar una cultura de dedicación, ambición intelectual y excelencia entre mis estudiantes y colaboradores. Trabajamos incansablemente para transformar aquel departamento incipiente en un centro de investigación homologable a los mejores estándares internacionales.4 Este esfuerzo por crear las condiciones para la excelencia en un entorno inicialmente desfavorable fue tan importante como la propia investigación.

Estos esfuerzos, compartidos con colegas de otras disciplinas, contribuyeron significativamente a que, con el tiempo, se lograra la construcción de un nuevo y moderno edificio para la Facultad de Química.4 Un hito fundamental en este proceso de construcción institucional fue la promoción y fundación, en 1993, del Instituto Universitario de Química Organometálica «Enrique Moles» (IUQOEM).2 Tuve el honor de dirigirlo durante muchos años, desde su creación hasta 2008.4 Este instituto, que lleva el nombre del ilustre químico español Enrique Moles 11, se convirtió en un referente en química organometálica en España y en un símbolo tangible de lo que habíamos conseguido construir en Oviedo.9 La transformación del departamento desde aquella situación de «carecer de todo» 4 hasta convertirse en un «centro de referencia mundial» 9 fue un proceso largo y arduo, pero demostró que con visión, trabajo duro y perseverancia se podían superar incluso las mayores adversidades. Como alguien dijo tras mi fallecimiento, creo que modestamente contribuimos a «cambiar la historia de la Universidad de Oviedo».1

Nuestras Exploraciones Químicas: Métodos, Moléculas y Mecanismos

La filosofía que guio nuestra investigación se centró siempre en el desarrollo de nuevas metodologías sintéticas, explorando la reactividad de los compuestos organometálicos, especialmente los de metales de transición, tanto en procesos estequiométricos como catalíticos.1 Mi convicción era que debíamos empujar las fronteras del conocimiento, descubrir nuevas formas de transformar la materia y, al mismo tiempo, proporcionar herramientas útiles y prácticas para la comunidad de químicos orgánicos. Buscábamos no solo la eficacia, sino también el rigor, la creatividad y, por qué no decirlo, una cierta belleza estructural en las soluciones químicas que proponíamos.13

Nuestros primeros trabajos, construyendo sobre mi formación doctoral y postdoctoral, implicaron la activación de sistemas insaturados como alquenos y alquinos mediante sales de mercurio y talio.4 Esto nos llevó, por ejemplo, a definir condiciones para la diaminación de alquenos 4, una transformación de interés.

Durante un período significativo, aproximadamente entre 1978 y 1988, dedicamos un gran esfuerzo a la química de los compuestos de organolitio funcionalizados. Exploramos vías para estabilizar y utilizar sintéticamente estas especies tan reactivas, prestando especial atención a los derivados β-funcionalizados.3 Desarrollamos métodos para generarlos mediante intercambio metal-halógeno o metal-metal (mercurio-litio) y demostramos su utilidad para formar enlaces carbono-carbono de manera controlada, abriendo rutas hacia moléculas más complejas. También estudiamos en detalle sus procesos de β-eliminación para la síntesis de olefinas.

La síntesis de heterociclos nitrogenados fue otro tema recurrente en nuestro laboratorio. Durante años (aprox. 1979-1992), investigamos las cicloadiciones de azabutadienos como vía de acceso a estos importantes sistemas cíclicos. Más adelante, desarrollamos otras metodologías, como la adición intramolecular de anilinas enmascaradas a alquinos.1

Un descubrimiento que alcanzó una notable difusión fue el desarrollo del reactivo de yodación tetrafluoroborato de bis(piridina)yodonio(I), cuya fórmula es ‘IPy2​BF4​’. Este compuesto, que a menudo se conoce como el «Reactivo de Barluenga» 1, demostró ser una herramienta versátil y eficaz para introducir yodo en moléculas orgánicas, por ejemplo, en la construcción directa de núcleos de 3-yodoindol.1 Su utilidad práctica llevó a su comercialización por diversas casas químicas a nivel mundial 1, y los artículos describiendo su uso acumularon un número considerable de citas.1

También dedicamos una atención considerable a la química de los carbenos de Fischer. Exploramos sus aplicaciones sintéticas, desarrollando nuevas transformaciones y profundizando en la comprensión de sus mecanismos de reacción.1

En etapas más recientes de mi carrera, nuestro interés se orientó hacia las metodologías catalíticas modernas. Trabajamos extensamente en reacciones catalizadas por paladio y también exploramos acoplamientos cruzados reductores sin metales, como la reacción entre ácidos borónicos y tosilhidrazonas para formar enlaces C-C.1 Las reacciones multicomponente, que permiten construir complejidad molecular de forma eficiente, también captaron nuestra atención.6

La amplitud de temas abordados a lo largo de décadas, desde la química del mercurio y el litio hasta la catálisis moderna y las reacciones sin metales 1, refleja una versatilidad y una curiosidad científica que intentamos mantener vivas constantemente. Nuestro trabajo, afortunadamente, fue reconocido rápidamente a nivel internacional 4, abriendo nuevas vías en química organometálica y sintética.14 Tuvimos el privilegio de publicar nuestros resultados en las revistas científicas de mayor impacto, como Angewandte Chemie 6, y de compartir nuestros hallazgos en numerosas conferencias y universidades por todo el mundo.4

Cultivando Talento: Mis Discípulos, Mis Colegas

Para mí, la investigación nunca fue una empresa solitaria. Una parte fundamental de mi trabajo vital, y sin duda una de las mayores fuentes de satisfacción personal, fue la formación y guía de jóvenes investigadores.6 A lo largo de mi carrera, tuve el privilegio de dirigir más de 120 tesis doctorales 1, y por nuestro laboratorio pasaron alrededor de 200 investigadores en total.4 Verlos crecer científicamente, desarrollar sus propias ideas y alcanzar el éxito en sus carreras fue inmensamente gratificante.

Mi aspiración siempre fue crear algo más que un grupo de investigación; quise construir una «escuela».4 Una comunidad de químicos formados bajo una determinada filosofía de trabajo, basada en el rigor, la creatividad, la autoexigencia y la búsqueda de estándares internacionales.4 El hecho de que al menos 18 de mis antiguos doctorandos llegaran a ser Catedráticos de Química en distintas universidades españolas 1, y que otros muchos encontraran posiciones destacadas en la industria química y farmacéutica, tanto en España como en el extranjero 4, me hace pensar que, en cierta medida, logramos ese objetivo. Nombres como Carmen Nájera Domingo 2, o más recientemente María Valdés 16 y tantos otros 5, son testimonio de ese esfuerzo colectivo. El extraordinario número de discípulos formados y su posterior éxito académico y profesional 1 es, quizás, mi mayor orgullo y evidencia que la mentoría fue un pilar central de mi carrera, no una actividad secundaria. Creo firmemente que esta labor formativa contribuyó de manera significativa a elevar el nivel general de la investigación en química orgánica en España.7

Fui exigente, sí. Esperaba un alto nivel de compromiso, esfuerzo y dedicación, porque creía firmemente que eran necesarios para alcanzar la excelencia científica.5 Intenté transmitir esa cultura del esfuerzo y esa exigencia que tanto me marcó en Alemania.4 Pero al mismo tiempo, siempre procuré ser un apoyo para mis discípulos. Traté de transmitirles mi propio entusiasmo y determinación 4, de ayudarles a encontrar las mejores oportunidades, como estancias postdoctorales en centros de prestigio internacional, y de facilitarles el retorno y la consolidación de sus carreras.5 Muchos de ellos se convirtieron no solo en brillantes colegas, sino también en amigos cercanos.7

Más Allá del Laboratorio: Servicio a la Ciencia y a las Instituciones

Siempre consideré que los científicos teníamos la responsabilidad de contribuir no solo al avance del conocimiento, sino también al fortalecimiento de la comunidad científica y de las instituciones que la sustentan. Por ello, acepté diversas responsabilidades más allá del laboratorio. Fui Presidente de la Ponencia de Química de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Tecnológica (CAICYT) entre 1983 y 1986.3 Durante ese período, trabajamos para implementar criterios de evaluación de proyectos basados en modelos internacionales, buscando una mayor objetividad y rigor en la asignación de fondos para la investigación.4 Esta iniciativa, inspirada en parte por mi experiencia exterior, buscaba elevar los estándares de la ciencia española. Posteriormente, también presidí el Primer Comité Español de Evaluación de la Investigación Científica y Tecnológica (1990-1991).3

Mi implicación con la Real Sociedad Española de Química (RSEQ) fue constante. Tuve el honor de presidir su División de Química Orgánica desde 1997.2 Además, fui miembro de otras prestigiosas sociedades científicas internacionales, como la American Chemical Society, la Gesellschaft Deutscher Chemiker y la Royal Society of Chemistry, y fui nombrado socio honorífico de la Società Chimica Italiana.

Contribuí también al proceso de diseminación del conocimiento científico formando parte del consejo editorial de numerosas revistas internacionales de primer nivel en el campo de la química, como Synlett, Journal of the Chemical Society, Perkin Transactions 1, New Journal of Chemistry, Advanced Synthesis & Catalysis y European Journal of Organic Chemistry.2

Dentro de la Universidad de Oviedo, además de la dirección del IUQOEM, desempeñé otros cargos de gestión, como Vicedecano de la Facultad de Química (1976-1977) y Director del Departamento de Química Orgánica (1975-1987) y posteriormente de Química Organometálica (1987-1991). También participé activamente en la vida universitaria, por ejemplo, como Presidente de la Asociación de Catedráticos de la Universidad de Oviedo (1982-1984).

Mi experiencia también fue requerida en otros ámbitos. Fui miembro del Consejo Científico Asesor del Institut Català d’Investigació Química (ICIQ) desde su fundación 2 y formé parte del Alto Consejo Consultivo de la Generalitat Valenciana. Toda esta labor de servicio, en distintos niveles (universitario, nacional, internacional), reflejaba mi compromiso con la construcción de una infraestructura científica sólida en España, complementando la labor investigadora y formativa.

Hitos y Reconocimientos: Un Recuerdo del Camino

A lo largo de mi carrera, tuve el inmenso honor de recibir numerosos premios y distinciones. Siempre los consideré no solo como logros personales, sino como un reconocimiento al trabajo arduo y a la dedicación de todo mi equipo, y como una señal del progreso que estábamos logrando colectivamente.

Entre los galardones nacionales e internacionales que recibí con especial gratitud, destacaría el Premio de Investigación de la Fundación Alexander von Humboldt de Alemania en 1989, siendo la primera vez que se concedía a un investigador español; el primer Premio Dupont en España (1990/91) 1; el Premio Iberdrola de Ciencia y Tecnología en 1996 1; la Medalla de Oro de la Real Sociedad Española de Química en 1999 1; el primer Premio Nacional de Investigación «Enrique Moles» en Ciencia y Tecnología Químicas en 2001 1; el prestigioso Premio Rey Jaime I de Investigación Básica en 2005 1, otorgado por un jurado que incluía varios premios Nobel 18, por nuestros «trabajos pioneros en Química Orgánica» que «abrieron nuevas áreas de investigación en la química de los compuestos organometálicos» 14; y el Premio Germano-Español Hermanos Elhuyar-Hans Goldschmidt, también en 2005.1 Recibí asimismo la Medalla de Plata de Asturias en 2009 1 y la Insignia de Oro de mi propia Universidad de Oviedo en 2001.2

Momentos particularmente emotivos fueron las investiduras como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alcalá de Henares en el año 2000 2 y por la Universidad de La Rioja en 2010.2 Ser acogido en el claustro de estas universidades, escuchar las palabras de los padrinos 13 y pronunciar los discursos de ingreso 22 fueron experiencias profundamente significativas.

También fue un honor ser nombrado Académico Correspondiente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de Zaragoza en 1989. La diversidad y cronología de estos reconocimientos, procedentes de instituciones alemanas, españolas a nivel nacional y regional, sociedades científicas y universidades, reflejan la constancia en la búsqueda de la excelencia a lo largo de toda una carrera. El hecho de recibir varios premios en su primera edición (Humboldt en España, Dupont, Enrique Moles, Félix Serratosa 7) subraya quizás el carácter pionero que otros vieron en nuestro trabajo. Y ver que, tras mi fallecimiento, se han instituido premios 23, conferencias 25 y aulas 26 que llevan mi nombre es la confirmación más hermosa de que el esfuerzo dejó una huella duradera.

Tabla: Principales Premios y Honores

Premio / HonorAño(s)Entidad / ContextoReferencias
Premio de Investigación1989Fundación Alexander von Humboldt (Alemania)1
Premio Solvay1990CEOE (España)2
Premio Dupont (1ª Edición)1990 / 1991Dupont (España)1
Premio Iberdrola de Ciencia y Tecnología1996Iberdrola (España)1
Medalla de Oro1999 (dada)Real Sociedad Española de Química (RSEQ)1
Doctor Honoris Causa2000Universidad de Alcalá de Henares2
Insignia de Oro2001Universidad de Oviedo2
Premio Nacional «Enrique Moles» (1ª Edición)2001Ministerio de Ciencia y Tecnología (España)1
Premio Fundación García-Cabrerizo2002Fundación García-Cabrerizo (España)1
Premio Merck-Sharp & Dohme2002-04Merck-Sharp & Dohme2
Premio Hermanos Elhuyar-Hans Goldschmidt2005Gesellschaft Deutscher Chemiker / RSEQ (Alemania-España)1
Premio Rey Jaime I de Investigación Básica2005Fundación Premios Rey Jaime I (España)1
Medalla de Plata de Asturias2009Principado de Asturias (España)1
Doctor Honoris Causa2010Universidad de La Rioja2
Medalla Félix Serratosa (1er Receptor)2011Institute of Chemical Research of Catalonia (ICIQ)7
Académico Correspondiente1989Real Academia de Ciencias Exactas… de Zaragoza
Medalla José Barluenga (Nombrada póstumamente)(est. post.)Grupo Especializado de Química Orgánica (GEQOR), RSEQ23
Homenaje / Aula nombrada póstumamente2017Facultad de Química, Universidad de Oviedo26
Ciclo de Conferencias José Barluenga (Nombrado póst.)(est. post.)Facultad de Química, Universidad de Oviedo25

La Búsqueda Constante: La Química en las Fronteras

Incluso después de mi jubilación como Profesor Emérito en 2010 1, mi pasión por la química no disminuyó. Seguí con interés los avances del campo, mantuve el contacto con colegas y continué reflexionando sobre nuestro trabajo y el futuro de la disciplina.5 La química es un campo extraordinariamente dinámico, en constante evolución, y eso es parte de su gran atractivo.

En alguna ocasión, reflexionando sobre hacia dónde se dirigía la ciencia 6, especulé que las fronteras más excitantes a menudo se encuentran en las interfaces entre disciplinas. Comenté que «en la frontera entre la física y la biología todavía existen enormes posibilidades para hacer avanzar la ciencia, sin perder nuestra identidad como químicos».6 Estaba convencido de que ese espacio interdisciplinar albergaba, y alberga, un inmenso potencial para nuevos descubrimientos fundamentales.

Al mirar atrás, al final del camino, espero que mi contribución perdure no solo a través de las reacciones específicas que desarrollamos o las moléculas que sintetizamos 1, sino también por haber ayudado modestamente a construir una cultura de investigación química de alta calidad, competitiva internacionalmente, en España 4, y muy especialmente aquí, en mi querida Universidad de Oviedo.1 Quizás, el legado más duradero sea el éxito alcanzado por mis estudiantes, por todos aquellos jóvenes que compartieron conmigo la aventura de la investigación.1 Fue un inmenso privilegio dedicar mi vida a esta búsqueda del conocimiento, rodeado de tanto talento y entusiasmo.4 El viaje desde Tardienta fue largo, a veces arduo, pero contemplado desde aquí, fue una travesía profundamente gratificante y plena.

Obras citadas

  1. José Barluenga – Wikipedia, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://en.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Barluenga
  2. José Barluenga – Wikipedia, la enciclopedia libre, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Barluenga
  3. Barluenga Mur, José – Asturias, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://oviedo.vivirasturias.com/periodismo-divulgacion/i/60696134/barluenga-mur-jose
  4. analesdequimica.es, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://analesdequimica.es/index.php/AnalesQuimica/article/download/920/1165/2485
  5. Profesor José Barluenga: Unas palabras de Félix Rodríguez Iglesias – YouTube, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://www.youtube.com/watch?v=9Jiq4GP8Md0
  6. José Barluenga – Author Profile – ChemistryViews, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://www.chemistryviews.org/details/ezine/804687/Jose_Barluenga_-_Author_Profile/
  7. Professor José Barluenga, in memoriam – ICIQ, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://iciq.org/new/professor-jose-barluenga-in-memoriam/
  8. Anexo:Fallecidos en septiembre de 2016 – Wikipedia, la enciclopedia libre, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Fallecidos_en_septiembre_de_2016
  9. “Enciclopedia de la España del siglo XXI”: Química orgánica, fecha de acceso: abril 30, 2025, http://are.iqm.csic.es/conferences/61.pdf
  10. Historia – geqor (rseq) – Real Sociedad Española de Química, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://geqor.rseq.org/quienes-somos/historia/
  11. Enrique Moles – Wikipedia, la enciclopedia libre, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Moles
  12. Publicada la biografía del padre de la química española moderna – Actualidad, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://web.ub.edu/es/web/actualitat/w/publicada-la-biografia-del-padre-de-la-quimica-espanola-moderna
  13. José J. Barluenga recibe el Doctorado ‘Honoris Causa’ – Universidad de La Rioja, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://www.unirioja.es/jose-j-barluenga-recibe-el-doctorado-honoris-causa/
  14. José Barluenga Mur – Fundación PRJI, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://fprj.es/premiado/prof-dr-d-jose-barluenga-mur/
  15. El MUNCYT expone la muestra “Premios Rey Jaime I de Investigación Básica” en la Casa de las Ciencias de Logroño | Fecyt, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://www.fecyt.es/actualidad/el-muncyt-expone-la-muestra-premios-rey-jaime-i-de-investigacion-basica-en-la-casa-de
  16. Members – MetBioCat, fecha de acceso: abril 30, 2025, http://www.metbiocat.eu/members
  17. Alfredo Ballesteros Gimeno – Fecha del documento: 10/09/2020 v 1.4.3 – CVN |, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://cvn.fecyt.es/editor/cvnOnline/0000-0003-2093-4444
  18. La Fundación Premios Rey Jaime I lamenta la pérdida de su premiado, José Barluenga Mur, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://fprj.es/la-fundacion-premios-rey-jaime-i-lamenta-la-perdida-de-su-premiado-jose-barluenga-mur/
  19. Ha fallecido el profesor José Barluenga, doctor honoris causa por la Universidad de Alcalá, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://portalcomunicacion.uah.es/diario-digital/actualidad/ha-fallecido-el-profesor-jose-barluenga-doctor-honoris-causa-por-la-universidad-de-alcala.html
  20. Fallecimiento del catedrático Joaquín Barluenga Mur – Universidad de La Rioja, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://www.unirioja.es/fallecimiento-del-catedratico-joaquin-barluenga-mur/
  21. El químico José J. Barluenga recibe el título doctor ‘Honoris Causa’ por la UR – elDiario.es, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://www.eldiario.es/la-rioja/el-quimico-jose-j-barluenga-recibe-el-titulo-doctor-honoris-causa-por-la-ur_1_11058738.html
  22. viernes, 29 de octubre de 2010 – EL BLOG DEL BÚHO, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://elblogdebuhogris.blogspot.com/2010/10/?m=0
  23. Our speakers – nanoGe Conferences, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://www.nanoge.org/about/our-speakers
  24. Premios – geqor (rseq) – Real Sociedad Española de Química, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://geqor.rseq.org/premiosgeqor/
  25. erick-carreira – Histórico – Facultad de Química – Universidad de Oviedo, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://quimica.uniovi.es/facultad/historico/-/asset_publisher/g4YH/content/erick-carreira;jsessionid=FCF44A042D14C5B40E94DA8662E97080?redirect=%2Ffacultad%2Fhistorico
  26. acto-academico-homenaje – Histórico – Facultad de Química – Universidad de Oviedo, fecha de acceso: abril 30, 2025, https://quimica.uniovi.es/facultad/historico/-/asset_publisher/g4YH/content/acto-academico-homenaje?redirect=%2Ffacultad%2Fhistorico

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