La propagación del SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad COVID-19, ocurre principalmente a través del contacto cercano entre personas. A continuación, se describen los principales modos de propagación del virus:

  1. Transmisión de persona a persona: La transmisión del virus ocurre principalmente cuando una persona infectada exhala pequeñas partículas líquidas que contienen el virus, llamadas gotículas respiratorias, al toser, estornudar, hablar o respirar. Estas gotículas pueden ser inhaladas por personas cercanas (a una distancia de aproximadamente 1-2 metros) y alcanzar las vías respiratorias, lo que facilita la infección.
  2. Transmisión por contacto directo: El virus también puede transmitirse mediante el contacto directo con superficies o objetos contaminados por las gotículas respiratorias de una persona infectada. Si una persona toca una superficie contaminada y luego se toca la boca, la nariz o los ojos, puede infectarse con el virus.
  3. Transmisión por aerosoles: Además de las gotículas respiratorias más grandes, existe evidencia creciente de que el virus puede propagarse a través de aerosoles, que son partículas más pequeñas que pueden permanecer suspendidas en el aire durante períodos más prolongados y ser inhaladas por personas que están más alejadas de una persona infectada.
  4. Transmisión por fómites: Los fómites son superficies inanimadas, como pomos de puertas, pasamanos, interruptores de luz, entre otros, que pueden estar contaminados con el virus. Si una persona toca un fómite contaminado y luego se toca la cara, es posible que se infecte.

Además de estos modos de propagación, es importante destacar que la transmisión del SARS-CoV-2 puede ocurrir incluso en personas asintomáticas o presintomáticas, es decir, personas que aún no presentan síntomas o que nunca los desarrollan.

Para prevenir la propagación del virus, se recomiendan medidas como el uso de mascarillas, el distanciamiento físico, el lavado frecuente de manos con agua y jabón, el uso de desinfectantes a base de alcohol, la ventilación adecuada de los espacios interiores y el cumplimiento de las directrices y regulaciones de salud pública establecidas por las autoridades sanitarias.

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