Se trabaja incansablemente en una vacuna, pero también hay investigaciones prometedoras en el diseño de antivirales específicos para la Covid. Ayer en la revista Science se publicó un artículo con la estructura tridimensional de un enzima clave en la síntesis de las proteínas del virus a partir de su ARN. Bloqueando este enzima el virus no podrá fabricar las proteínas de su envoltura y su crecimiento se detendrá.
Este enzima en realidad es una proteasa, responsable de romper la cadena de aminoácidos generada por trasducción del ARN en ciertas posiciones. Dado que los humanos no tenemos proteasas que rompan esas posiciones, un fármaco que inhiba esta proteína no nos afectará.
En la primera imagen puede verse la estructura del enzima (proteasa), obtenida a partir de una muestra cristalina por difracción de Rayos X. En la imagen se ve la proteína de frente y girada 90º.
El objetivo es diseñar un fármaco que se una a la proteasa y le impida realizar su macabra labor, es decir, romper en determinadas posiciones la cadena peptídica dejando libre los fragmentos que formarán la envoltura del virus.
En este artículo se modifica una alfa-acetamida peptidomimética (segunda imagen) (11r) que ha dado muy buenos resultados en el tratamiento del MERS para adaptarla a la proteasa del nuevo virus. Se realizan dos primeras modificaciones; en verde se cambia el grupo amida por un grupo piridona para evitar que las proteasas celulares accedan a ese enlace y lo rompan; en rojo se reemplaza el extremo de la cadena con el objetivo de aumentar la polaridad de la molécula y favorecer su solubilidad en el plasma sanguíneo, llegando a la molécula (13a).
Ahora se pasa a examinar si estas modificaciones son compatibles con la estructura tridimensional de la proteasa, es decir, si permitirán al fármaco anclarse a ella. En base a esto se continúa modificando el fármaco y mediante experimentos se va viendo su efectividad. Esperemos que muy pronto tengamos un antiviral que pueda frenar o detener la replicación del virus.