La información va llegando a cuenta gotas. El ciudadano tiene que saber la gravedad del problema para enfrentarlo.
Este virus es muy contagioso y puede permanecer sobre superficies de acero y plástico durante tres días. Así que las compras del supermercado y todo lo que toques por la calle debe desinfectarse al llegar a casa. Para la desinfección se puede usar lejía diluida al 0.1%.
Puede permanecer en el aire en forma de aerosol un cierto tiempo por lo que es aconsejable utilizar mascarilla. Muchos expertos dicen que es innecesario, pero los contagios siguen imparables, porque algo estamos haciendo mal.
Accede al organismo por las mucosas, boca y ojos. En el momento que salgamos de casa ya no debemos tocarnos más la cara, hasta estar seguros de tener las manos limpias. Hay que lavarse bien las manos, con jabón, al estilo de los cirujanos, circulan por ahí vídeos de cómo hacerlo.
El virus nos ataca las vías respiratorias, el sistema circulatorio y el sistema digestivo. Daña nuestros alvéolos, produciendo inflamación y secreciones que nos ahogan. Produce inflamación en las venas, generando coágulos, principalmente si nos infectamos por los ojos, al no entrar en las vías respiratorias va directamente a la sangre. Esta inflamación es responsable del 20-25% de casos graves, llevando en muchos casos al infarto.
Una proporción importante de afectados presenta problemas digestivos, diarrea, vómitos y falta de apetito.
Las personas mayores y personas con enfermedades de cualquier edad son las que tienen consecuencias más graves. Pero no nos engañemos, hay casos y probablemente aumenten de personas jóvenes y sanas con consecuencias muy graves.
Debemos ser responsables, salir de casa lo mínimo e informarnos sobre las medidas a tomar para protegernos y proteger a nuestros familiares.
¡Cuídense Amigos!