La mayoría de gobiernos justifican la mala gestión de esta pandemia en la imposibilidad de predecir el futuro, acallan a los críticos con el «es fácil hablar a toro pasado». Sin embargo, deberíamos asumir que los ministerios de sanidad de los diferentes países poseen expertos en la materia, o al menos los estamos pagando con nuestros impuestos.

¿Para qué tenemos que prepararnos en el futuro próximo?
Estamos ante la primera ola de virus, que está siendo devastadora, nos costará decenas de miles de muertos y un desastre económico y social. Esta primera ola perderá intensidad y trataremos de volver a la normalidad con ciertas restricciones.

En septiembre u octubre llegará una segunda ola, mucho más intensa, que volverá a propagarse por todo el mundo, provocando cientos de miles de muertos y dando la puntilla a la economía mundial.

En marzo, si no hay disponible una vacuna que nos inmunice, probablemente tengamos una tercera oleada, devastadora como la segunda. Estarás pensando que el aislamiento me está afectando, me levanté con el píe izquierdo o es un ensayo de mi futura novela de ciencia ficción; esto último imposible, soy malísimo escribiendo.

Pues nada de eso, tan solo te he contado cómo la llamada «gripe española» nos atacó en el año 1918. Cuatro oleadas, siendo la segunda y tercera devastadoras, llegando su propagación a los confines del planeta; desde Australia a los esquimales de Alaska.

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