Estos días se están denunciando numerosos casos de pinchazos con jeringas en lugares de ocio, como discotecas y conciertos, que afectan principalmente a chicas jóvenes e incluso niñas.

De hecho, este fin de semana se dio una caso en Gijón, la afectada fue una niña de 13 años que estando en una fiesta con amigas notó un pinchazo. Los padres la llevaron de inmediato al hospital y la analítica muestra la presencia de GHB (Ácido gamma-hidroxibutírico) también llamado éxtasis líquido, que nada tiene que ver con el MDMA (éxtasis) y que los periodistas confunden.

https://www.elcomercio.es/gijon/investigan-sumision-quimica-menor-gijon-pinchazo-extasis-20220801112019-nt.html

El lugar más habitual de la inyección son brazos y muslos. A los pocos minutos notan mareos, nauseas, dolor de cabeza y adormecimiento de las extremidades, síntomas característicos de la inyección de algún psicotrópico sedante o anestésico.

El propósito de estas macabras acciones parece ser anular la voluntad de las jóvenes para cometer delitos sexuales o robos, aunque en ninguno de los casos se ha llegado a estos extremos.

El pinchazo con una aguja cuya procedencia se desconoce y que puede haber pinchado antes a otras personas ya es un problema gravísimo, con independencia de que nos inyecten algo.

Las drogas o anestésicos de más fácil acceso son benzodiazepinas, GHB, ketamina y escopolamina. Pero es necesaria una cantidad mínima entre 3 y 5 mL para que el efecto llegue a anular la voluntad de la víctima, dosis menores solo producen mareo, debilidad y entumecimiento de la extremidad. Por suerte es imposible inyectar esa cantidad de líquido con un solo pinchazo, la víctima se apartará al sentir el pinchazo y probablemente solo se inyecte una fracción de mililitro.

Existen algunas drogas más potentes que las citadas, como el carfentanilo, con una potencia analgésica 10 000 veces superior a la morfina y utilizado para sedar elefantes. En este caso sí bastaría una fracción de mililitro para dejar inconsciente a una persona. Estas drogas tan potentes están muy vigiladas y no tienen mercado negro, así que las descartamos.

En resumen, no parece posible que mediante una inyección no consentida puedan drogarnos hasta tal punto que no podamos defendernos y pedir ayuda. El GHB tiene una vida media plasmática muy corta, de 20 a 30 minutos, pasadas 6-8 horas puede ser indetectable tanto en sangre como en orina. La pequeñísima cantidad inyectada, junto a la rápida metabolización del fármaco pueden explicar que en la mayoría de los casos no se detecte en los análisis.

En esta guía nos indican los pasos a seguir en caso de ser víctima de sumisión química.

https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext…

Hay que aclarar que los psicotrópicos empleados en la sumisión química, suministrados en cantidad suficiente, producen una pérdida de consciencia, voluntad y memoria que los hace ideales para cometer diferentes delitos. Pero en ningún caso hacen que la víctima colabore con el agresor, tan solo tiene anuladas todas sus capacidades de defensa.

No es fácil comprender qué objetivo persiguen estas acciones, lo que están logrando es sembrar desconcierto e intranquilidad entre una juventud que solo busca divertirse.

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