Estamos en guerra, la tercera guerra mundial, por suerte no nos mataremos entre nosotros, pero el enemigo es más poderoso y hábil que todos los ejércitos que tenemos en el planeta.

Un enemigo microscópico, de tamaño nanométrico, preparado para matar y que no puede morir. Subestimado por todos, ha venido a diezmar a los más débiles de nuestra sociedad y a destruir el sustento de nuestras familias.

Esta guerra solo la pueden ganar las mujeres y hombres de bata blanca, que deben ser apoyados con todos los medios disponibles.

En los próximos meses la guerra estará perdida, solo podemos ocultarnos, intentar proteger a los más débiles. Pero mi fe ciega en la ciencia me dice que con el paso de los meses las victorias comenzarán a caer de nuestro lado.

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